Yo también me borro

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Yo también me borro

De acuerdo, no tiene ningún mérito, porque uno no llega ni de lejos a la categoría de influencer de tercera regional sub-18. De manera que mis escasos seguidores no van a echar de menos mis no menos escasos tweets. Pero sí, acabo de borrarme de Twitter (y me gusta seguir llamándole Twitter porque sé que a Elon no le gusta).

Cada vez más instituciones, organismos de todo tipo y personas del más variado pelaje están abandonando esta red social, argumentando básicamente que no existe control frente a los bulos, etc. Estoy de acuerdo, pero para mi la razón de más peso es otra: si alguien que parece de ultraderecha, y apoya a partidos de ultraderecha, utiliza el saludo de la ultraderecha, es que probablemente sea un ultraderechista. Y me da grima hacerle el juego. Quiero decir que si Hitler, pongamos por caso, se hubiese dedicado a vender piruletas a escala internacional antes de invadir los Sudetes, yo creo que la gente decente hubiese debido optar por otro tipo de golosina. Lo cual no hubiese evitado la guerra, claro.

Pero queda esa extraña sensación, a lo mejor un poco ilusoria, de estar haciendo lo correcto.