- Donald Trump: «Estaba sentado a la mesa, habíamos acabado de cenar, y estábamos con el postre. Y nos pusieron el mejor pastel de chocolate que pueda imaginar, y el presidente Xi lo estaba disfrutando, y entonces me llegó el mensaje de los generales, diciendo: los barcos están cargados y a punto, ¿cuál es su decisión? Y tomamos la determinación de hacerlo. Así que lo que ocurrió fue que le dije: acabamos de disparar 59 misiles a Iraq«.
- Periodista: «A… Siria«.
- Donald Trump: «Sí, en dirección a Siria«.
De modo que lo más surrealista del mundo no es, como nos quiso hacer creer Stanley Kubrick, lo que ocurre en la espectacular Sala de Guerra del Pentágono.
No, no es allí donde se toman las más graves decisiones sobre cuándo bombardear un país.
Tampoco es el primer caso de alguien que toma decisiones bajo la influencia del chocolate.