Siempre es bueno tratar de estar al tanto de lo que se debate y se recomienda en el ámbito de actividad en el que se desenvuelve cada cual. Los puntos de vista ajenos son casi siempre enriquecedores y útiles. Pero también es verdad que, de cuando en cuando, los consejos pueden llegar a tener un punto desconcertante.
Sin ánimo de poner a nadie en la picota, ha sido el caso de un boletín digital sobre Comunicación y Relaciones Públicas (que sigo a diario y con no poco interés). Y que hoy abría con uno de esos titulares más que atrayentes para la gente del gremio: “Tipos de notas de prensa que suelen publicar íntegras los medios digitales”.
Sin entrar en demasiados detalles, habrá que decir que los tres titulares que se exhibían como ejemplo de notas de prensa “que suelen ser publicadas de forma íntegra, frente a las decenas que van a la papelera del periodista”, eran los siguientes:
1.- ¿Cuál es el mejor nombre para tu mascota?
2.- 10 frases de Star Wars que puedes usar en el trabajo
3.- Libros que marcaron tu infancia y que deberías volver a leer
Tras un primer momento de estupor, una lectura más reposada ofrece algunas claves adicionales. Y así, se nos informa de que estos tres impactantes encabezamientos tienen un “denominador común”, porque cabe destacar que “son contenidos de tipo social”.
Tras una nueva pausa valorativa, se pone uno a reflexionar en torno a las tan denostadas notas de prensa. Que valen, por cierto, para un roto y para un descosido: comunicados empresariales o políticos, de instituciones u ONG’s, anuncios deportivos o de índole social… Y el jefe de prensa de turno sustentando su estrategia de comunicación en el nombre de su hámster, en el épico combate de la Estrella de la Muerte o en los abordajes de Sandokán.
Naturalmente, habría que tratar de definir qué son exactamente esos “medios digitales” en los que se puede triunfar a base de animales de compañía, Obi-Wan Kenobis o Pippis Calzaslargas. Porque no parece probable que todos ellos tengan los mismos intereses informativos.
Más bien parece razonable pensar que la buena comunicación, la que sirve al profesional que informa y al cliente que paga por el servicio, es aquella que se adapta en cada caso al interlocutor con el que toque relacionarse: corresponsal político, experto en cuestiones empresariales, redactor de sucesos, comentarista deportivo, periodista en una revista sectorial, bloguero…
En resumidas cuentas, hablar el lenguaje que requiere cada periodista y cada medio, y por supuesto hablar su idioma cuando se trate de otro ámbito lingüístico. Los “contenidos de tipo social”, por volver al ejemplo inicial, son propios de quienes informan de temas sociales (medios, secciones, programas, personas concretas especializadas en este entorno). Y tienen un alto interés para un montón de profesionales de la información… pero no para el 100%.
Eso sí: como no hay nada como ser incoherente, permítaseme utilizar los tres encabezamientos supuestamente irresistibles para confeccionar el que da título a este post. Con la vana intención de que alguien lo lea de forma íntegra…