TIME rompiendo moldes

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TIME rompiendo moldes

La revista norteamericana Time ha sido considerada, más que una referencia,  un icono en el mundo del periodismo y la comunicación del siglo XX. Ocurre sin embargo que, para una publicación semanal fundada en 1923, bastante mérito es haber superado los retos de la inmediatez de la radio y de la omnipresente televisión: la era digital amenaza con llevarse por delante los mitos de la Galaxia Gutemberg, y el semanario no tiene por qué quedar al margen. De manera que la publicación ha tenido que repensarse a sí misma en más de una ocasión a lo largo de los últimos años.

La revista que solo ha publicado un editorial en sus 94 años de historia -pidiendo la dimisión de Richard Nixon, en 1974- vende cada semana tres millones de ejemplares, aunque llegó a 4,2. Y tiene una audiencia estimada de 26 millones de lectores, pero la caída en las ventas de publicidad ha sido significativa en los últimos años.

Si la publicación como tal es icónica, no lo es menos su anual declaración de «Persona del Año» (hasta 1999, Hombre o Mujer del Año). Desde Charles Lindbergh en 1927 hasta Donald Trump el año pasado, la nominación ha sido siempre objeto de atención y de comentario, y hasta la fecha había recaído mayoritariamente en  hombres, en un selecto grupo de cinco mujeres (Wallis Simpson en 1936,  Soong Mei-ling junto a su marido Chiang Kai-shek en 1937, Isabel II en 1952, Corazón Aquino en 1986 y Angela Merkel en 2015). Bien es verdad que este reconocimiento ha recaído en diversas ocasiones en personajes colectivos o entidades no personales (los soldados norteamericanos en dos ocasiones, los rebeldes húngaros contra la invasión soviética de 1956, los baby-boomers, los norteamericanos del Medio Oeste, el ordenador, el planeta en peligro… ), pero la elección correspondiente a 2017 ha sido original en un doble sentido.

Por un lado, porque la nominación ha recaído en The Silence Brakers, es decir, quienes han roto el silencio contra el acoso sexual partiendo de posiciones de poder:

http://time.com/time-person-of-the-year-2017-silence-breakers/?xid=time_socialflow_twitter

 

Por otro, la emblemática portada del reborde en rojo muestra a cinco personas (Ashley Judd, Susan Fowler, Adama Iwu, Taylor Swift y la anónima trabajadora agrícola Isabel Pascual)… y un codo. Que en este caso es todo un símbolo. Pertenece a una joven enfermera de un hospital de Texas, otra víctima de acoso que teme en el impacto negativo que supondría dar a conocer su identidad. Y que representa a los miles, probablemente millones de personas -en su inmensa mayoría mujeres- que no son aún Silence Breakers porque no se sienten con fuerzas para dar ese paso.

 

Con los recientes escándalos en torno a personajes de Hollywood como Harvey Weinstein o Kevin Spacey, TIME ha querido reconocer a quienes «han puesto voz a secretos a voces, por trasladar las redes del murmullo a las edes sociales, por empujarnos a todos a dejar de aceptar lo inaceptable«.