Es muy posible que se trate de una pantomima diplomática, de un intento de ocultar o quitar hierro a la grave responsabilidad de los Estados Unidos en la actual crisis de Oriente Medio. Es probable que no vaya más allá de una mera declaración de intenciones, del tan denostado “buenismo”, ese término tan en boga que acuñaron los Think Tanks que tienen mucho de Tank y muy poco de Think.
Es fácil que la cosa se quede en mera palabrería, que no veamos resultados concretos. Y, sin embargo, es también muy extraño el escaso eco mediático de las palabras pronunciadas ayer por el Secretario de Estado John Kerry.
Si noticia es, por definición, algo relevante, novedoso, reciente y fuera de lo común en un determinado contexto, parece que se cumplen todas las condiciones. Porque se trató de un discurso de 15 minutos del máximo responsable de los Asuntos Exteriores de la primera potencia de Occidente en la sede de su Departamento. Y, en el contexto de auge de movimientos yihadistas, de la amenazante presencia del Estado Islámico, de los gravísimos atentados terroristas acaecidos en Europa y América, Kerry inició su disertación con un “Salamu Alaikum, Eid Mubarak” (“Que Dios os proteja, Bendita Celebración”). Porque de lo que se trataba es de celebrar el fin del Ramadán con representantes de la comunidad islámica norteamericana, y de hacerlo en uno de los sancta-sanctórum del Gobierno norteamericano.
Uno recuerda recientes declaraciones de altos responsables europeos señalando que los terroristas llegan infiltrados con el éxodo de refugiados, o que hay que cerrar la puerta a quienes huyen de la guerra, así que se queda ojiplático escuchando al que fuera candidato demócrata a la Presidencia señalar las virtudes del Estado de Derecho; subrayar que cada vida es preciosa, sin importar que el atentado terrorista que acabe con ella se produzca en Bruselas, en Orlando o en Bagdad; recordar a Martin Luther King y a Benjamin Franklin; precisar que todos, incluidos por supuesto los musulmanes, apreciamos y compartimos valores comunes como la caridad, la compasión, el amor a nuestras familias, la búsqueda de la Justicia y el compromiso con la Paz; enfatizar que la comunidad islámica norteamericana en particular pone en práctica a diario dichos valores; declarar que es una responsabilidad compartida acoger a quienes se encuentran en la mayor de las necesidades, y reubicar a refugiados procedentes tanto de Siria como de Iraq y de otros países; describir la actual situación como la peor catástrofe humanitaria desde la II Guerra Mundial; y anunciar proudly (con orgullo) que la Administración Obama cumplirá su compromiso de acoger a 10.000 refugiados sirios antes de que concluya el año fiscal. Y declarar que es en este tipo de iniciativas “donde podemos encontrar el espíritu caritativo que celebra el Ramadán, donde ahogamos las voces de la intolerancia religiosa y la persecución, y las sustituimos por un coro de compasión, inclusión, apertura y diversidad”.
Para concluir su intervención, Kerry cita nada menos que a un celebrado musulmán norteamericano, recientemente fallecido: “A los escépticos, déjenme recordarles a alguien como Muhammad Ali, que dijo muy claro algo tan lleno de sentido como cualquier otra cosa que haya escuchado a lo largo de mi trayectoria. Dijo: imposible es solo una palabra que usan los hombres pequeños, quienes encuentran más fácil vivir en el mundo que han conocido antes que explorar su poder para cambiarlo; imposible no es un hecho, es una opinión; imposible no es una declaración, es un desafío”.
Iñigo Montoya se apunta
Por si faltaba algún elemento para dar realce a la noticia, un toque de glamour hollywoodiense, el maestro de ceremonias fue… ¡IÑIGO MONTOYA!
Mandy Patinkin, el vengativo espadachín español de “La Princesa Prometida” –hoy célebre por su papel del agente de la CIA Saul Berenson en la serie “Homeland”- abre la ceremonia con una intervención casi incendiaria, resumida en 45 segundos en este enlace, pero que, curiosamente, no ha encontrado acomodo en los canales de video rastreados por Google.
“Llevo semanas oyendo en éstas como-se-llamen, primarias, ¡primarias!, porque ciertamente algunos de estos candidatos necesitan ir a la escuela primaria… Y estaba escuchando a estos políticos del país más poderoso del mundo, escuchando cómo proponen construir muros e ilegalizar seres humanos, expulsar a los musulmanes, y simplemente me recordaba a expulsar judíos, o a éstos o a los otros. Y ahí estaban mis ancestros, huyendo de los progroms en Rusia, y yo estoy aquí porque este país dio la bienvenida a mi familia, y eso es lo que significa para mi ser americano. Pero dejemos las cosas claras: ni un solo atentado terrorista desde el 11 de septiembre ha ocurrido por causa de un refugiado que haya llegado a los EE UU. Así que gracias a todos, y dejemos de hablar de muros, y empecemos a hablar de amor y de inclusión, de amarnos unos a otros, que es lo mejor que podemos hacer por nuestros hijos”.
Patinkin es, efectivamente, descendiente de judíos rusos y polacos, y se educó en una familia religiosa y conservadora, pese a lo cual no ha tenido problema en celebrar el Ramadán y defender a los musulmanes. El pasado mes de mayo, este admirable personaje se afeitó la barba y viajó a Madrid para rodar “La reina de España” con Fernando Trueba. Y no fue nada diplomático, aprovechó para declarar que “es vergonzoso que España solo haya aceptado a 18 refugiados”.
Pero, volviendo al comienzo, parece que efectivamente nada de estos tiene la más mínima relevancia para los medios de comunicación. Con razón: el video de Kerry ha alcanzado 117 visualizaciones 24 horas después, el de Patinkin ni siquiera está disponible en Youtube.