Cuétara no es Chaplin (o los peligros de mezclar el desayuno infantil con el nacionalsocialismo)

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Cuétara no es Chaplin (o los peligros de mezclar el desayuno infantil con el nacionalsocialismo)

Chaplin desafió a Hitler en 1940 con una inmisericorde e imprescindible parodia del régimen nazi (y eso que nadie sospechaba lo que ocurriría poco después en los campos de exterminio). Una película cuya proyección estuvo rigurosamente prohibida en España hasta ¡marzo de 1976! Es de suponer que no tanto por sus escenas de humor slapstick, sino por esta declaración final, de una ingenuidad desarmante vista con ojos de hoy.

Pero parodiar regímenes fascistas no es necesariamente productivo, como acaba de demostrar la marca de galletas y cereales Cuétara, perteneciente al grupo Adam Foods (antigua Nutrexpa), que se ha metido en un jardín disfrazando a uno de sus Choco Flakes con un uniforme muy parecido a los del siniestro personaje que condujo al desastre a Alemania y al mundo. Ciertamente, no son momentos para envidiar la posición del responsable de Comunicación de la compañía.

La cuestión es que, fiándose de la teoría de que el éxito en redes sociales es siempre la mejor opción, la popular marca galletera ha confiado la campaña publicitaria de uno de sus productos a Cabroworld, una de esas extrañas entidades que disponen de cifras siderales de seguidores y megustas. El nombre de su «marca» más conocida es Cabronazi, lo que da una idea del tipo de humor con el que la petan, y que sin duda ha inspirado el cereal nacionalsocialista con el que pretendían seducir al público infantil.

Irónicamente, han sido las propias redes sociales con las que se pretendía promocionar el producto las que han acabado con la campaña. Los tuiteros han atacado con saña, y para muestra un botón:Menos de 24 horas después de su lanzamiento, numerosos medios han anunciado la decisión de Cuétara de cancelar la campaña, si bien ésta ha permanecido durante algunas horas aún visible en sus webs y redes sociales. Ninguna de las dos partes implicadas -ni las webs corporativas del Grupo ni el site o redes soales de Cabroworld- parecen haberse dado por enteradas. Falta, eso sí, por saber cuántos miles de cajas de cartón como ésta:

tendrá que enviar a reciclar la popular marca de galletas.

Pocas bromas con los cereales.