Cómo triunfar en los medios… después de la muerte mediática

Inicio/Comentarios, Comunicación, Videos/Cómo triunfar en los medios… después de la muerte mediática

Cómo triunfar en los medios… después de la muerte mediática

El sorpresivo tarareo, con el que David Cameron concluyó su despedida del número 10 de Downing Street ante los medios de comunicación, se está convirtiendo en uno de los momentos estelares, si no de su carrera política, sí al menos de la repercusión mediática alcanzada por el dirigente Tory en toda su trayectoria. Hasta el punto de que, en estos tiempos de fenómenos virales en las redes sociales, no sería descabellado pensar que, si Winston Churchill es recordado por su discurso de «Blood, Sweat and Tears«, el último inquilino de la icónica residencia londinense lo sea por un enigmático canturreo, entonado de espaldas al respetable y que concluye con un contundente «Right!», justo ante de que se cierre la puerta.

A partir de aquí, todas las hipótesis están abiertas: ¿Le han pillado o lo hizo a propósito? ¿Se alegra por el Brexit, o se alegra por no tener que gestionarlo? ¿Le importa todo una higa, o el hombre ha quedado psicológicamente desequilibrado tras su inesperada derrota en el referéndum? ¿Está feliz por su abandono del cargo o simplemente trata de simularlo?

Teorías e interpretaciones las va a haber para todos los gustos, pero el interés está hoy por hoy centrado en la gran incógnita: ¿Qué diablos canturreaba?

Una encuesta de urgencia entre los lectores del «Irish Times» arroja el siguiente resultado:

  • Un fragmento de música clásica (7%)
  • Ninguno de los anteriores(7%)

Entretanto, los creadores musicales se han puesto manos a la obra con una sorprendente agilidad de reflejos. Y así, hay quien ve reminiscencias de «Lo que el viento se llevó«:

Hay quien lo ha aprovechado para orquestarlo y crear el «Lamento de Cameron en Do menor«:

https://youtu.be/8nHZvlByXo0

Pasando por un vals:

O una improvisación inspirada en Bach, a cargo de la venezolana Gabriela Montero:

En resumidas cuentas, una despedida triunfal, casi apoteósica en términos mediáticos. Que, a buen seguro, está oscureciendo su relevo por Theresa May al frente del Gobierno de Su Graciosa Majestad.