¿Alguien recuerda esta fotografía?

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¿Alguien recuerda esta fotografía?

Es lo que suele denominarse una «imagen icónica». Comunicación en estado puro. Fotoperiodismo pata negra. Cuando es verdad eso de que una imagen vale más que mil palabras.

Passeig de Sant Joan, Barcelona, 1 de febrero de 1976. Manifestación convocada por la Asamblea de Catalunya bajo el lema «Llibertat, amnistia, Estatut d’Autonomia». El fotógrafo Manel Armengol se presenta allí con su cámara y logra un testimonio imperecedero de cómo eran las cosas en los albores de la modélica transición. Como en las obras maestras de la pintura barroca, uno casi puede imaginar la peripecia individual de cada uno de los personajes, o de los grupos de personajes. Y ese fondo neblinoso, que uno no sabe si achacar a la polución, a los rigores del invierno o a la concentración de gases lacrimógenos. Y esos relucientes zapatos policiales. Y esas porras ergonómicas, Y esa pistola que brinca. Y esa culata al viento…

Obviamente, las fotografías no pudieron ser publicadas en España en su momento, un segundo e imperecedero testimonio de cómo eran las cosas en los albores de la modélica transición. Sí aparecieron en cambio en las páginas de publicaciones irresponsables como The New York Times, Time o Paris-Match. Uno recuerda haberlas visto un par de años después en Interviú, un medio que por aquellas fechas daba mucha guerra, aunque sus reportajes políticos ocupaban invariablemente el segundo puesto en las preferencias de sus lectores.

Todo esto viene a cuento debido a la triste situación por la que atraviesa Manel Armengol: sin trabajo ni recursos económicos, será desahuciado el próximo 25 de enero.

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“Yo ya no hago fotos, hago cajas”, ha declarado en el diario digital del Col-legi de Periodistes de Catalunya. A sus 66 años, Armengol se ha visto atrapado por la crisis en la etapa final de su carrera profesional. Y entretanto busca un lugar donde depositar un impresionante archivo de un millón y medio de fotografías y los 500 libros de su biblioteca, que no podrá trasladar a la cabaña de 24 metros cuadrados de Tiana (Barcelona) donde tiene previsto sobrevivir.

El Archivo Nacional de Catalunya ya ha anunciado que se hará cargo de la conservación y custodia de su legado.

Además de Armengol, hay sin duda otros artistas que contribuyeron a lograr esas «imágenes icónicas«, empezando por los esforzados agentes que demostraron que las tareas de la función público también pueden ser asumidas, por qué no, con el más vivo entusiasmo; siguiendo por sus mandos intermedios, garantes del orden, y acabando por las autoridades que decidieron al modo y manera de hacer frente a aquella manifestación en las calles de Barcelona. Probablemente más de uno será de la misma quinta que Armengol, resultaría curioso averiguar si alguno de ellos ha atravesado circunstancias parecidas.

¡Ah, los grises, qué tiempos!

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